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Cámaras de seguridad en Ayuntamientos… ¿de dónde vienen? ¿Cuál es el futuro?

Las primeras cámaras de seguridad que vimos instaladas en nuestros municipios, en especial en las grandes capitales, estaban vinculadas al tráfico: podían reportar accidentes o retenciones de una forma fácil, incluso podían planificar nuestra ruta, si es que teníamos alternativa.

Pero poco a poco muchos ayuntamientos fueron apostando por colocar cámaras de seguridad en zonas centrales, para prevenir robos… y en el peor de los casos, para captar registros que pueden servir de pruebas.

¿Cuál es el futuro de las cámaras de seguridad en los municipios?

Lo cierto es que son miles los ayuntamientos que han apostado por la instalación de cámaras de seguridad. La duda es ahora ir un poco más allá y todo apunta a que la inteligencia artificial es el futuro… y en algunos casos el presente.

Los sistemas de cámaras de inteligencia artificial permite detectar comportamientos sospechosos, y lo hace analizando movimiento de objetos, personas o vehículos. Obviamente estos datos están anonimizados, un factor clave para garantizar el respeto a la privacidad. Esta herramienta, de gran potencia, permite cruzar grandes cantidades de datos y agilizar rastreos y posibles identificaciones. Estas búsquedas inteligentes ofrecen la posibilidad de analizar en muy poco tiempo gran cantidad de información y detectar vehículos o personas con datos tan básicos como la marca, el color el tipo de ropa o el género. Eso sí.. aplicando la normativa en materia de protección de datos personales, no existirá en un primer punto o acceso el reconocimiento facial, siendo solo posible después de una autorización.

Algunos ayuntamientos también están apostando por desplegar drones, que permiten un seguimiento con cámaras de seguridad, pero en formato móvil. En vez de trabajar en un punto fijo, el movimiento permite acceder a una zona muy determinada o hacer un seguimiento móvil (puede recorrer hasta 300 metros en 10 segundos). El principal problema está relacionado con los permisos y la independencia de los drones que requieren de un piloto o usuario que dirija el dron en sus desplazamientos. A ello se le añade que los drones tienen ciertas limitaciones de uso en vuelos en altura lo que también limita mucho su uso. Por todo ello, en muchos casos solo la Policía Nacional está apostando por el uso de drones, incluso con visión nocturna, con un peso muy elevado en lo relacionado con la estrategia de persecución, por ejemplo.

En conclusión… la inteligencia artificial y el uso de drones está claro que marcan la primera evolución en esta evolución de las cámaras de seguridad instaladas en nuestros municipios.

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